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    El zumo de fruta no es “fruta”, ni siquiera si es casero

    28/05/2017

    Mientras que para buena parte de la población “zumo de fruta” es sinónimo de “fruta”, para muchos nutricionistas es como si comparásemos hacer deporte como verlo a través de la televisión.

     

     

    Se recomienda limitar el zumo de fruta a un máximo de un vasito al día, aunque quizá no sepan que eso incluye incluso al zumo 100%, “debido a que el zumo contiene casi tanto azúcar y casi tantas calorías como un refresco. Esto es así porque para los expertos los azúcares presentes en el zumo de fruta, aunque sea recién exprimida, se consideran “azúcares libres”, sospechosos de estar implicados en patologías crónicas.

     

    Beber demasiados zumos incrementa el riesgo de ganancia excesiva de peso porque los efectos metabólicos de la fruta no son iguales a los que ejercen los zumos.
    Es más, existen investigaciones que incluyen a los zumos en el concepto “bebida azucarada”. Que consideran que toda bebida que aporte al menos 50 kilocalorías por cada 23 centilitros debe denominarse “bebida azucarada”. Así, en esta categoría, además de los conocidos “refrescos”, de las bebidas “deportivas” (conocidas como “isotónicas”), de las bebidas “energéticas” o de los tés helados dulces, también podemos incluir a la mayoría de los zumos, sean o no caseros: 23 centilitros de zumo de naranja casero aporta unas ochenta kilocalorías.

     

    Un mayor consumo de zumos de frutas se asociaba a un mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2.

     

    ¿Por qué? Porque, tal y como amplía el texto Mejor una fruta entera que un zumo, los efectos metabólicos de la fruta no son iguales o equiparables a los que ejercen los zumos y porque «kilocaloría por kilocaloría, el zumo de fruta puede ser consumido de forma más rápida que la fruta sin exprimir».

     

    Beber demasiados zumos incrementa el riesgo de ganancia excesiva de peso. Entre otros motivos, porque los zumos no estimulan la masticación.

     

    Y es que existen serias sospechas de que la ingesta de zumos pueda contribuir a la actual epidemia de obesidad, algo que parece ocurrir tanto en adultos como en niños.

    Los adultos podríamos llegar a engordar cinco kilos al año si tomamos dos vasos de zumo de naranja (casero o zumo 100%, es decir, que en sus ingredientes solo encontramos fruta) al día y mantenemos estable nuestra ingesta habitual y nuestros hábitos de ejercicio, algo a tUner en cuenta si sabemos que España es uno de los países más sedentarios de la Unión Europea.

     

    En resumen, debemos calmar la sed en forma de agua, y no de zumo, y tomar fruta en su forma original, es decir, tal y como sale del árbol.

     

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