¿Cómo debe ser un desayuno equilibrado?
El desayuno debería representar el 30% del aporte energético total, ya que entre las 6:00 y las 18:00 del día, nuestro cuerpo demandará una gran cantidad de energía. Así que entre el desayuno y la media mañana deberíamos concentrar al menos una tercera parte de la ingestión de alimentos que el organismo precisa.
Si no desayunamos por la mañana porque tenemos más sueño que hambre, es más fácil caer durante el día, en la tentación de picar cualquier aperitivo que encontremos.
¿Cómo nos beneficia un buen desayuno?
Los que desayunan suelen tener una dieta menos grasa, más rica en fibra, vitaminas y minerales que los que no desayunan.
Grasa. Si incluimos en el desayuno tostadas cereales, pan, galletas sencillas, el consumo real largo del día de la grasa será menos. Éstos alimentos aumenta los aportes calóricos a partir de hidratos de carbono, remplazando contenido graso como bollería industrial y repostería.
Fibra. Incluir cereales de desayuno y panes integrales mejora las necesidades de fibra del organismo.
Vitaminas y minerales. Con el desayuno contribuimos aportar las vitaminas y minerales necesarios.
Los que no desayunan presentan niveles inferiores de vitaminas (tiamina y piridoxina) y minerales (hierro, calcio, magnesio y cinc)
Control del peso. Repartir las calorías durante el día en cinco comidas ayuda a evitar picar entre horas golosinas, bollería, dulces, refrescos, snacks.
Rendimiento físico e intelectual. Aquellos que no desayunan generan una serie de cambios hormonales en el organismo. Como el descenso de insulina, aumento del cortisol y catecolaminas, para mantener la glucemia (nivel de azúcar en sangre) en unos valores aceptables. Que alteran y condicionan la conducta y hacen descender el rendimiento físico intelectual.
¿Cómo debe ser un desayuno equilibrado?
Para que un desayuno sea que equilibrado deben estar representados como mínimo los siguientes grupos de alimentos:
Lácteos. Leche, yogur, cuajada, requesón.
Contienen proteínas de calidad, calcio, vitaminas A y D, y vitaminas del grupo B (principalmente riboflavina o B2).
Cereales. Pan, tostadas, cereales de desayuno, galletas.
Proporcionan hidratos de carbono que aportan energía, vitaminas y minerales. Los cereales integrales aportan, además, fibra.
Frutas. Aportan hidratos de carbono, agua, vitaminas, minerales y fibra.
Derivados cárnicos. Jamón cocido o serrano, fiambres poco grasos (de pollo o pavo), embutidos… Contienen proteínas de calidad con función formadora (de construcción de tejidos y células) y cantidades variables de grasa con función energética.
Asegúrate de tener un buen desayuno equilibrado y de venir a entrenar Mugendo.
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31/03/16